lunes, 1 de julio de 2013

Gran Mariscal de Ayacucho Masón por Eloy Reverón

 Existe una tendencia en la historia escrita por los masones como materia de instrucción para sus miembros,  cuya característica fundamental se identifica con  reconocer como masón a todo prócer civil o militar que hubiese realizado alguna obra significativa en pro de la evolución, en bien de la patria, o que hubiese merecido ser recordado. Ha llegado esta tendencia al extremo de existir constituciones masónicas que han contemplado la posibilidad de otorgar el grado 33 a personas no vinculadas a la Orden, con la condición única de haber realizado en su vida, una lucha efectiva en pro de los principios fundamentales de la Orden. Si el Libertador Simón Bolívar no hubiera tenido una experiencia masónica durante su estadía en París a finales de 1805, los masones lo hubieran reconocido como tal mediante  este recurso, similar a un Honoris Causa.

 El Gran Mariscal de Ayacucho posee una hoja de servicios tan impecable que ha debido recibir este reconocimiento. ¿ Porqué no hemos tenido noticia de este reconocimiento?. Simplemente porque los masones lo han considerado hermano, sin haber publicado hasta la fecha, algún documento que certifique su vinculación a la Orden.
 Los masones Francisco Castillo y Hello Castellón publicaron en el año 1974  su libro: ¿Quién es Quien? en la Masonería Venezolana, donde aseguran que en una logia de Cumaná existen evidencias de su asistencia a tenidas masónicas en el año de 1811.
 Américo Carnicelli, investigador masón, autor de La Masonería en la Independencia de América, con varios años de investigaciones en nuestro continente, no lo incluye en la lista de masones que anexó a la mencionada obra, además asegura  que en las investigaciones realizadas por los masones no se ha podido determinar si Antonio José de Sucre ingresó a alguna logia masónica. 

Cuando recibí la invitación de la División de Investigaciones "Enrique Bernardo Nuñez" de la Biblioteca Nacional a través de la Colega Carmen Michelena para escribir un artículo sobre Sucre Masón, lo primero que surgió en mi mente fue la duda. Tampoco recordaba ninguna relación de este Ilustre Prócer con la Orden de la Escuadra y el Compás.
 Concebimos lógico que a los integrantes de cualquier institución se llenarían de orgullo y satisfacción por el hecho de poder comprobar que un hombre de la talla moral, intelectual y heroica de Antonio José de Sucre, estuviese vinculado a ella, aunque fuese durante una experiencia masónica intrascendente.
 La estatura de la Gloria del Gran Mariscal, tampoco se compagina con su breve permanencia en la vida. Si nos sometemos a las limitaciones que presenta la masonería a los "profanos" que pretendan engrosar sus filas, el lapso de su posible ingreso se reduce a los años 1816-1828.

 ¿ Porqué solo doce años para poder vincular a Sucre con la masonería ?

 En primer lugar, existen un conjunto de preceptos conocidos como los "Landmarks", los cuales demarcan la edad de ingreso a las logias mediante el rito de iniciación a los 21 años. En caso especial de ser hijo de masón, se le concede el privilegio de ser iniciado a los 18. No contemplamos la posibilidad de que el Tte. Don Vicente de Sucre y Urbaneja, hubiese estado vinculado a la Orden.
 En segundo lugar, proponemos la fecha de 1828 como el otro extremo del límite, porque consideramos casi improbable que Sucre pudiera entrar a una Sociedad Secreta, después del decreto del Libertador, firmado en Bogotá el 8 de noviembre de 1828, cuando proscribió "toda sociedad secreta, sea cual sea su denominación".
 En 1816 estaba Sucre refugiado en Haití, pero en lugar de salir con Simón Bolívar y participar en la primera Expedición de Los Cayos, se dirige a la isla de Trinidad, donde prepara su viaje de regreso a Paria para unirse con el General Santiago Mariño, quien lo nombra Jefe del Estado Mayor de su ejército, y comandante del batallón Colombia donde toma parte en la Campaña de Oriente y fue ascendido a coronel.
 En 1817, el Libertador lo nombra Gobernador de la Plaza de la Antigua Guayana y Comandante del Bajo Orinoco. El año siguiente continúa con las gestiones de advenimiento entre los ejércitos de Oriente y Occidente. A finales de año permanece bajo las órdenes del general Bermúdez, combate en Güiria y participa en la Campaña de Río Caribe.
 En 1819 asciende a General de Brigada, se incorpora a la Campaña de Guayana bajo las órdenes de Bolívar. Se encuentra con el Libertador en Achaguas y viajan juntos hasta Angostura, donde se encarga de organizar la navegación de la Legión Británica hasta San Fernando de Apure.
 Entre febrero y  abril de 1820 realiza un viaje a Las Antillas y regresa con un cuantioso parque.  Tiene significativa participación en la preparación del Armisticio y Tratado de Regulación de la Guerra, ratificados por Bolívar y Morillo en Santa Ana de Trujillo a finales de ese mismo año.

 En 1821 se encarga de la Campaña de Pasto y Popayán, luego parte a Guayaquil.
 En 1822 se une al Ejército del Perú. Crea la Corte Suprema de Justicia en Cuenca. Triunfa en la batalla de Pichincha para decidir la Independencia de Ecuador. Es ascendido a General de División y nombrado Intendente del Departamento de Quito.
 1823 es un año interesante en cuanto al tiempo del cual pudo disponer para actividades distintas a la guerra ... ¿ masonería?... funda la Sociedad Económica de Quito. Se dirige al Perú como Ministro Plenipotenciario  de Colombia.
 En 1824 triunfa en Ayacucho y recibe del Libertador el título de Gran Mariscal de Ayacucho.
 En 1825 es ascendido por el Congreso de Colombia al Grado de General en Jefe y el Perú le ratifica su título de Gran Mariscal de Ayacucho.

 En 1826 resulta electo Presidente de Bolivia por voto popular, el cual es ratificado por el Congreso Constitucional. Asume la Presidencia el 9 de diciembre.
 En 1827 se inicia un período de fricciones con el gobierno peruano y percibe la crisis cismática entre la dirigencia de los departamentos que constituían Colombia.
 En 1828 resulta herido en un motín en Chuquisaca, entrega el Poder Ejecutivo, contrae matrimonio, abandona Bolivia y llega a Quito donde es nombrado Jefe del Ejército Colombiano para la campaña contra Perú. A finales de este año, dos meses después del atentado perpetrado contra el Libertador en Bogotá, firma Bolívar el decreto que proscribe a las sociedades secretas, sea cual fuere su denominación. A partir de este momento descartamos casi totalmente, cualquier posibilidad de vincular a Sucre con la masonería.
¿Fue Masón el Gran Mariscal?
 Transcribimos la primera afirmación al respecto hecha por los  masones Castillo y Castellón en la página 63 de su libro ¿Quién es Quien ? en la Masonería Venezolana:
"En el archivo de la Resp:. Log:. Perfecta Armonía N 2, al Oriente de Cumaná, actualmente en poder de la Resp:. Log:. Bella Altagracia N 24, hay un libro de actas, con las hojas amarillentas por la acción del tiempo, donde aparece registrado con fecha de 1811, el nombre del Mariscal José Antonio (sic) de Sucre , como asistente a unas tenidas." 
  ¿Dónde se encuentra Sucre ese año?. En 1811 la Junta de Caracas lo nombra Comandante del Cuerpo de Ingenieros de la Isla de Margarita. Participa en la Campaña de Barcelona.  Tenía 16 años y ya era  Comandante. En una carta que le escribe a Santander desde Quito fechada 6 de junio de 1822, le dice : "Usted sabe que yo estoy desde la edad de trece años en un cuartel..."   Su padre, su abuelo, y sus cuatro bisabuelos fueron Militares. En 1808, ya estudiaba Ingeniería Militar. Al año siguiente ingresa a la Compañía de Húsares Nobles de Fernando VII en Cumaná.   En 1810 regresa el Cadete a Cumaná con el grado de Sub Teniente de Milicias Regladas de Infantería.
 Si a los diez y seis años era Comandante del Cuerpo de Ingenieros con el grado de teniente. No tendría nada de particular que hubiese sido masón. Tampoco resulta extraño que siendo Comandante de la Plaza de Margarita, tuviera tiempo para visitar logias en su ciudad Natal. Pero si recordamos los Lankmark,  esta posibilidad descarta la de que esas firmas pertenezcan al mismo personaje, quien por más hijo del Gobernador, y brillante hoja de Servicios, era todavía menor.
 Sin embargo, nuestras dudas al respecto son muy grandes, no sólo por lo imprecisa que resulta la referencia a la hora de mencionar las fuentes, y su desarticulación con el contexto histórico. Tampoco hemos tenido contacto directo con  esos libros de actas de 1811. La información que respecto a esa logia archiva la base de datos de IVEM, Instituto Venezolano de Estudios Masónicos, responde a la instalación de la logia Perfecta Armonía número 2, en una fecha posterior a 1811, el  4 de noviembre de 1822. En la lista archivada por Manuel Landaeta Rosales, no figura esta logia.
 Encontramos un reconocimiento de masón que le hace el investigador masónico Roberto Levi Castillo al llamarlo hermano en un artículo publicado en el anuario de la logia de Investigación Histórica Inglesa, la Ars Quatour Coronati N 2076, en el vol 95 de 1982, editado en Londres, 1983. "British Franmasonry in Northern South America, 1817-1824".
 Los resultados registrados por Américo Carnicelli fueron expresados así: " En las investigaciones históricas masónicas no ha sido posible comprobar si el Gran Mariscal de Ayacucho ingresó a alguna logia masónica en Venezuela o en las islas antillanas o en Cartagena de Indias. No se encuentra ningún nombre o documento masónico de la época" La Masonería en la Independencia de América..  p. 15.

 Tomando en cuenta todo lo dicho hasta ahora, recomendamos a los investigadores que examinen las posibilidades durante su estadía en Haití, donde cumplió 21 años. Su posterior paso por Trinidad, camino a Paria para reunirse con Mariño, quien para el momento de su muerte en 1854, era la máxima figura de la masonería venezolana. Lamentablemente carecemos de datos respecto a la fecha  y lugar de su iniciación.
 Entre 1817 y 1819, llegaron muchos masones entre la oficialidad de la Legión Británica que sobretodo para la última fecha tuvieron algún contacto con Sucre. Un legionario británico,  Gustav Hippiesley,  escribió en: Narrative of the expedition to the rivers Orinoco and Apure in the South America, London, John Murrey, 1819, p. 320, que había asistido a la iniciación del general Montilla en una logia que se reunía en la casa del inglés James Hamilton en Angostura. Este inglés debió ser el contacto para la compra de las Armas que trajo Sucre de las Antillas en 1820.
 Podemos también recomendar la búsqueda dentro del proceso de pacificación que tuvo como resultado el Armisticio de Paz y el Tratado de Regularización de la Guerra firmado por Bolívar y Morillo en 1820. Allí hemos verificado algunos elementos masónicos durante y después del encuentro de los generales. En Mito y Realidad en la Historiografía Masónica Venezolana de la Independencia, Caracas, IVEM, 1994, señalamos que el abrazo entre Bolívar y Morillo correspondía a una señal de reconocimiento y respeto entre masones; la colocación de la piedra cúbica, símbolo masónico esencial de la masonería, en el lugar del encuentro; el reconocimiento de los masones de Caracas en 1854, cuando mencionan al Armisticio de Santa Ana como resultado de una acción masónica; la celebración de una batalla que definiera la situación a favor o en contra de uno de los dos bandos, y que esta batalla se realizara el día que desde 1717, es reconocido como día Internacional de la Masonería, el 24 de junio, día del patrono de los masones católicos, San Juan. Sin embargo estos aspectos que pueden ser casuales relacionan al Armisticio con elementos masónicos, pero no al redactor de los términos de dicho Armisticio con la masonería.

 Por último recomiendo a los investigadores buscar en los documentos bolivianos, relativos a la existencia de una logia en Chuquisaca, en las fechas de la estadía del Gran Mariscal en aquella población boliviana. Aunque esta referencia me parece tan remota como la de su firma en el libro de actas  de una logia que se iba a fundar once años más tarde. Pero tampoco descarto la posibilidad de alguna vinculación de Sucre con la masonería, o con alguna logia militar, no sea que nos pase lo que pasó con Bolívar cuando apareció el documento que disipo las dudas de su experiencia masónica, este documento también sirvió para demostrar que los masones habían utilizado falsos fundamentos al pretender vincular al libertador con la Orden.

                                 Caracas, sep de 1994

Publicado con el título: “La Masonería del Gran Mariscal”, en: Diario de Tribunales, Barquisimeto, Barquisimeto, 13 - 11 de, 1994, pp. 2 y última. y en El Investigador Venezolano 1995, Caracas, Biblioteca Nacional, con el título de Escarceos masónicos.